Procedimientos de Seguridad para Operar una Grúa Telescópica e Izajes Seguros

Por Ing. Emilio Antezana, Jefe de Operaciones, de EQUIPOS PESADOS MAQUIRENTA, 29/06/2025 

Las grúas telescópicas son equipos de izaje ampliamente utilizados en construcción, minería e industria pesada por su versatilidad y alcance. Sin embargo, su operación conlleva altos riesgos si no se siguen estrictos procedimientos de seguridad. Una planeación meticulosa y el cumplimiento de normas técnicas son fundamentales para prevenir accidentes catastróficos que pueden causar lesiones graves, daños materiales y pérdidas económicas. En este artículo técnico presentamos las prácticas recomendadas para realizar maniobras de izaje seguras con grúas telescópicas, organizado en secciones clave: evaluación del sitio y planificación previa, selección de accesorios de izaje, normativas aplicables (internacionales y peruanas), análisis de casos reales con errores comunes, y recomendaciones específicas para operadores, señalistas (riggers) y supervisores. El enfoque se centra en grúas telescópicas móviles, aplicable tanto en Perú como internacionalmente, con un lenguaje accesible para profesionales del sector.

  1. Evaluación del sitio y planificación previa al izaje

Antes de realizar cualquier levantamiento con una grúa telescópica, es indispensable efectuar una evaluación detallada del sitio de trabajo y una planificación previa rigurosa. Esto incluye inspeccionar las condiciones físicas, ambientales y operativas del entorno, así como establecer un plan de izaje por escrito.

Revisión del terreno y área de trabajo: Un paso inicial crítico es examinar el terreno donde se ubicará la grúa. Se debe verificar que el suelo tenga la capacidad portante suficiente, esté nivelado y estable. Por ejemplo, si ha llovido recientemente, puede requerirse esperar hasta que el suelo se seque por completo antes de desplegar la grúa, a fin de maximizar la estabilidad durante la maniobra. El terreno blando o inestable debe compactarse o reforzarse, utilizando pañoles o placas de apoyo bajo los estabilizadores (outriggers) para distribuir la carga. Los operadores inspeccionan el área para asegurarse de que el suelo es firme y nivelado, eliminando cualquier obstáculo que pueda interferir con la operación. También se debe delimitar el radio de trabajo de la grúa con barreras o conos de seguridad, manteniendo alejadas a las personas no involucradas en la maniobra.

Identificación de peligros y restricciones en el sitio:

Durante la visita previa al sitio, el equipo de izaje debe identificar todos los peligros potenciales. Esto incluye la presencia de líneas eléctricas aéreas, zanjas u hoyos cercanos, estructuras adyacentes, tráfico vehicular, maquinaria en operación, etc. Una distancia mínima de seguridad respecto a cables energizados debe ser mantenida estrictamente: por ejemplo, en normativas estadounidenses OSHA se establece un claro mínimo de 10 pies (3 m) para líneas de hasta 50 kV, aumentando la distancia para voltajes mayores. Por tanto, si la grúa va a operar cerca de tendidos eléctricos, se deben tomar medidas adicionales: delimitar la zona de peligro, colocar señalización, pedir la desenergización temporal de la línea o designar un observador dedicado a vigilar la distancia. Igualmente, el recorrido que hará la grúa (si es móvil) o el swing del contrapeso al girar, deben estar libres de obstrucciones. Un supervisor debe inspeccionar previamente la ruta de acceso y el área de instalación de la grúa para detectar riesgos de colisión o contacto eléctrico.

Condiciones ambientales: Las variables meteorológicas juegan un papel importante en la planificación. El viento fuerte puede desestabilizar la pluma telescópica y la carga, generando fuerzas laterales peligrosas; la lluvia intensa puede afectar la visibilidad y ablandar el terreno; tormentas eléctricas suponen riesgo de descargas; y la niebla o poca luz dificultan la comunicación visual. Es esencial consultar el pronóstico del tiempo y monitorizar la velocidad del viento con anemómetro durante la operación. Las grúas móviles típicamente tienen límites de velocidad del viento recomendados por el fabricante – por ejemplo, las tablas de carga suelen asumirse válidas hasta ráfagas de alrededor de 9 m/s (20 mph) en la cabeza de la pluma. Muchos estándares señalan que debe evaluarse suspender las operaciones cuando el viento supere aproximadamente 40 km/h (25 mph) y nunca operar en condiciones que el fabricante considere inseguras. Antes del izaje, el rigger o supervisor debe verificar las condiciones ambientales actuales y posibles cambios (p.ej., pronóstico de vientos en aumento) que pudieran afectar negativamente la maniobra. Si las condiciones superan los umbrales seguros, se debe posponer el levantamiento.

Plan de izaje y cálculo de carga:

Con el sitio evaluado, se elabora un plan de izaje documentado. Este plan incluye la descripción de la maniobra, la selección de la grúa y su configuración, el peso de la carga y el equipamiento de izaje, el radio de alcance inicial y final, la altura de elevación requerida, y los procedimientos de seguridad a seguir. Es fundamental determinar con precisión el peso de la carga a levantar, incluyendo no solo el objeto principal sino también el peso de accesorios de izaje (eslingas, grilletes, gancho, balancines, etc.). Conociendo el peso total, se consulta la tabla de carga de la grúa (proporcionada por el fabricante) para la configuración específica: largo de pluma extendida, ángulo de pluma, configuración de estrobos y contrapesos, y radio de trabajo previsto. De la tabla se obtiene la capacidad nominal de carga que la grúa puede levantar de forma segura en el radio inicial y final de la maniobra. Se debe asegurar que el peso total nunca exceda dicha capacidad nominal; de hecho, las buenas prácticas recomiendan mantener un margen de seguridad. Muchas organizaciones consideran un izaje “crítico” aquel que supera el 75% de la capacidad máxima de la grúa. Por ejemplo, la normativa OSHA define un levantamiento crítico como cualquiera que excede el 75% de la capacidad, involucra el uso de múltiples grúas a la vez, o requiere levantar personal. Si el izaje califica como crítico, se exige una planificación adicional: cálculos estructurados, aprobación de un ingeniero, reunión de seguridad previa (pre-lift meeting) con todos los involucrados y posiblemente simulacros o pruebas sin carga. Incluso para izajes no críticos, es recomendable trabajar con un factor de utilización conservador (por ejemplo, utilizar máximo 85% de la capacidad de tabla) para compensar posibles imprecisiones o variaciones durante la maniobra. Todas estas consideraciones deben quedar plasmadas en el plan de izaje.

Coordinación del personal y comunicaciones:

La planificación previa incluye definir los roles y responsabilidades del personal clave: el operador de la grúa, el señalista principal (rigger o marshall), el supervisor de la maniobra (director de izaje), ayudantes de enganche, etc. Cada miembro del equipo debe estar debidamente capacitado y certificado en su rol. Antes del inicio, el supervisor dirige una reunión de seguridad previa con todo el personal para repasar el plan de izaje, los pasos de la maniobra, las señales de comunicación y las medidas de emergencia. Esta reunión pre-izaje es uno de los procedimientos de seguridad críticos para prevenir accidentes. Se verifica que todos entiendan los riesgos involucrados y cómo se mitigarán. Asimismo, se designa un único rigger encargado de dar las señales al operador, evitando confusiones. Una comunicación clara es vital: todo el personal debe conocer el código estándar de señales manuales para izaje, así como el uso de radios portátiles en caso necesario. Se establece qué canal de radio se usará y se hacen pruebas de comunicación. Una vez ultimados estos preparativos, el plan de izaje puede ser autorizado formalmente (en muchos casos mediante un permiso de trabajo firmado por la gerencia o el responsable de seguridad, ya que las maniobras de izaje suelen considerarse trabajos de alto riesgo).

  1. Tipos de accesorios de izaje y su selección

La seguridad de un izaje no solo depende de la grúa, sino también de los accesorios y aparejos de izaje utilizados para sujetar y elevar la carga. Una falla en una eslinga o grillete puede ser tan catastrófica como una falla de la grúa misma. Por ello, la selección adecuada de los accesorios de izaje y la inspección de su estado son pasos obligatorios antes de cada levantamiento.

Principales accesorios de izaje:

Entre los elementos comúnmente empleados se incluyen las eslingas (de cable de acero, de cadena de acero aleado, de banda sintética plana, eslingas redondas sintéticas, etc.), los grilletes o conectores en U con perno, los ganchos de carga (integrados en el bloque de la grúa o en balancines), además de otros dispositivos como balancines o spreaders (barras separadoras para distribuir cargas), cáncamos de izaje, tensores, estrobos y manillas. Cada tipo de eslinga y accesorio tiene propiedades únicas que determinan su idoneidad: las eslingas de cable de acero resisten altas temperaturas y bordes cortantes mejor que las sintéticas, pero son menos flexibles; las eslingas sintéticas de poliéster o nylon son ligeras y no dañan superficies delicadas, pero son vulnerables a cortes y calor; las eslingas de cadena soportan ambientes de alta temperatura y cargas punzantes, pero son pesadas y menos apropiadas para ciertas delicadezas. Por tanto, elegir correctamente el tipo de eslinga para cada carga garantiza una operación segura y eficiente. Del mismo modo, los grilletes vienen en distintos diseños (arco “D” recto, arco en herradura tipo omega, con perno roscado o con tuerca y chaveta de seguridad) y debe seleccionarse el adecuado según la dirección de las cargas y si habrá movimientos que podrían desenroscar un perno sin seguro.

Criterios de selección – capacidad y ángulos:

Una consideración fundamental es la capacidad nominal (también llamada C.M.U. – Carga Máxima de Utilización o WLL – Working Load Limit) de cada accesorio. Nunca se debe exceder la capacidad nominal de una eslinga o aparejo. Esta capacidad viene determinada por el fabricante considerando un factor de seguridad sobre la resistencia mínima a la rotura. Además, la capacidad efectiva de una eslinga varía con el modo de uso y el ángulo de los ramales. Si se utiliza una eslinga a dos o más ramales, el ángulo que cada ramal forma con la horizontal es crítico: a medida que disminuye ese ángulo, disminuye la capacidad nominal que puede soportar con seguridad. En otras palabras, un ángulo muy cerrado entre la eslinga y la horizontal aumenta la tensión en cada ramal, reduciendo drásticamente la carga permisible que cada uno puede soportar. Por ejemplo, dos eslingas formando 30° con la horizontal pueden ver duplicada la fuerza que soporta cada una en comparación a colgar verticalmente. Por eso, se recomienda no emplear ángulos menores a 30° entre eslinga y horizontal, y en caso de ser necesario, considerar medios para redistribuir la carga (como usar un balancín). Los fabricantes y estándares proveen fórmulas o tablas de reducción de capacidad por ángulo para ayudar en estos cálculos. El rigger debe calcular la tensión en cada ramal según el ángulo y asegurarse de que no exceda la C.M.U. reducida de la eslinga. También debe considerar el número de ramales efectivos: en eslingas de 3 o 4 patas, usualmente solo 2 soportarán la mayor parte de la carga si la distribución no es perfectamente simétrica, por lo que muchas tablas asumen solo 2 ramales cargados al calcular capacidades en múltiples patas.

Inspección y estado de los aparejos:

Otro factor clave al seleccionar el aparejo es su estado de conservación. Antes de cada uso, todas las eslingas, grilletes y otros elementos deben ser inspeccionados visualmente en busca de daños: eslingas de cable no deben presentar alambres rotos más allá de los límites normados, deformaciones, aplastamientos ni corrosión significativa; eslingas sintéticas no deben mostrar cortes, desgastes, abrasión severa, costuras rotas ni decoloración por químicos; eslingas de cadena no deben tener eslabones doblados, fisuras ni estiramientos; los grilletes y ganchos no deben tener deformaciones, fisuras ni seguros faltantes. El rigger debe verificar constantemente que los elementos de izaje no presenten signos de quemaduras, deshilachado, cortes u otros daños antes de usarlos. Si cualquier accesorio muestra una condición subestándar, debe retirarse de servicio de inmediato y reemplazarse. Es una buena práctica llevar un inventario de aparejos certificados y sus fechas de inspección. Muchos estándares (como ASME B30.9 para eslingas) exigen inspecciones periódicas formales y establecen criterios de descarte (por ejemplo, retirar una eslinga sintética si tiene cortes en la superficie que exponen las fibras de carga, o retirar un grillete si su apertura se ha deformado más de un cierto porcentaje).

Etiquetado e identificación normativa:

Tanto las eslingas como los herrajes deben contar con identificación legible de sus especificaciones. La norma ASME B30.9 exige que todas las eslingas estén etiquetadas con su capacidad nominal, el nombre o marca del fabricante, y el tamaño o diámetro de la eslinga, entre otras informaciones según el tipo. El usuario debe mantener estas etiquetas legibles durante la vida útil, y toda persona que use la eslinga debe leer y comprender la información en la etiqueta. De modo similar, la norma ASME B30.26 (Rigging Hardware) requiere que los accesorios desmontables de izaje vengan marcados de fábrica con datos esenciales. Por ejemplo, en los grilletes se debe marcar de forma permanente: el nombre o logotipo del fabricante, la carga máxima (WLL) o grado, y el tamaño (diámetro de arco). Un grillete forjado típico tendrá estas marcas en su arco. El personal debe verificar que los equipos tengan dichos marcajes y certificar su procedencia confiable. En Perú, la Norma Técnica Peruana NTP 311.027 y el reglamento de seguridad en construcción exigen igualmente el uso de equipos certificados y en buen estado.

Selección del aparejo según la carga:

Al planificar el izaje, el rigger debe decidir cómo enganchar la carga de forma segura. Debe determinar los puntos de amarre o izaje en la carga (muchas piezas vienen con ojalillos o cáncamos diseñados para izaje; en otros casos se usan estrobos alrededor de la pieza). Los parámetros físicos de la carga influyen en la elección de la eslinga: si la carga tiene bordes cortantes o esquinas agudas, se deben utilizar protectores de esquina o almohadillas para que la eslinga no sufra cortes ni se reduzca su capacidad por doblarse sobre un radio pequeño. Si la pieza es muy alta o de geometría extraña, tal vez convenga emplear varias eslingas equilibradas con un balancín para distribuir el peso. Para cargas cuyo centro de gravedad no esté centrado, se deben dimensionar los diferentes ramales a distintas longitudes de manera que la carga quede nivelada al izar. Todas estas decisiones hacen parte de la competencia técnica del rigger y deben estar reflejadas en el plan. En izajes complejos, se recomienda elaborar un diagrama del aparejamiento (rigging plan) que muestre la disposición de eslingas, ángulos y accesorios, y las cargas esperadas en cada componente.

En resumen, la selección de accesorios de izaje adecuados implica conocer la carga a levantar, entender las limitaciones de cada tipo de eslinga y herraje, y asegurarse de que su capacidad nominal (con factores de reducción por ángulo) exceda ampliamente el peso efectivo que soportarán. Además, se debe inspeccionar cada componente antes de usarlo y rechazar aquellos dudosos. Estas medidas, junto con el cumplimiento de los estándares técnicos (ASME, ISO, OSHA) para aparejos, garantizan que el “eslabón débil” no sea precisamente el eslabón que une la carga a la grúa.

  1. Normativas de seguridad aplicables a izajes con grúa telescópica

La operación segura de grúas telescópicas se sustenta en una serie de normativas técnicas y legales desarrolladas para estandarizar las prácticas y prevenir accidentes. A continuación, se resumen las principales normas internacionales y peruanas aplicables:

Normas ASME B30 (Estados Unidos)
ISO 12480-1 (Internacional)
Regulaciones OSHA (Estados Unidos):

En el ámbito legal estadounidense, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) establece requisitos obligatorios para operaciones con grúas en construcción. En síntesis, OSHA proporciona un marco legal muy detallado; incumplirlo puede implicar sanciones severas. Aunque aplica solo en EE.UU., sus lineamientos han influenciado reglamentos en otros países.

Reglamento peruano de construcción (DS 011-2019-TR): En Perú, las operaciones con grúas telescópicas en obras están reguladas principalmente por el Decreto Supremo N° 011-2019-TR, que aprueba el Reglamento de Seguridad y Salud en el Trabajo para el Sector Construcción. Este reglamento, de cumplimiento obligatorio, establece en términos generales que solo personal entrenado y autorizado puede operar grúas u otros equipos de izaje. También exige que se implemente un Plan de Seguridad y Salud específico de obra que incluya procedimientos seguros para trabajos de alto riesgo, entre los cuales se consideran los izajes de cargas de gran magnitud. El DS 011-2019-TR incorpora por referencia a normas técnicas peruanas como la NTP 311.037:2015 “Seguridad durante la construcción” (Norma G.050), la cual dedica un apartado a izajes. Entre otros puntos, se exige que todo izaje crítico cuente con un permiso de trabajo escrito, firmado por un responsable de seguridad. De hecho, es práctica en obras peruanas implementar un “Permiso de Trabajo para Izaje de Cargas” donde el ingeniero o supervisor responsable debe describir la maniobra, confirmar que se realizó la evaluación de riesgos, que el personal está capacitado y equipado con EPP adecuados, y autorizar la ejecución. Adicionalmente, la normativa peruana (Ley 29783 de SST y su Reglamento DS 005-2012-TR) obliga a llevar a cabo inspecciones periódicas a los equipos de izaje, mantener un registro de mantenimiento de la grúa, y reportar cualquier incidente o condición subestándar. El Reglamento Nacional de Edificaciones – Norma G.050 complementa requisitos de seguridad en construcción, indicando por ejemplo distancias mínimas a líneas eléctricas, y refuerza la idea de que el área de operación de una grúa debe estar despejada de personal ajeno. En minería e industria, también aplican normativas sectoriales (p.ej. Reglamento de Seguridad Minera, etc.), pero por similitud no las detallaremos aquí.

En suma, el marco normativo aplicable exige la capacitación y certificación del personal, la planificación documentada de los izajes, el cumplimiento de especificaciones técnicas del fabricante de la grúa, y la implementación de medidas de control del riesgo. El apego a normas reconocidas (ASME, ISO) y regulaciones locales (OSHA, DS 011-2019-TR) no es opcional, sino un componente esencial de la seguridad en operaciones con grúas telescópicas. Además de prevenir accidentes, cumplir estas normativas protege legalmente a las empresas y trabajadores, demostrando diligencia en la gestión de la seguridad.

  1. Estudios de caso reales: errores comunes y lecciones aprendidas

A pesar de las precauciones, en la práctica se han registrado múltiples accidentes con grúas telescópicas. Analizar sus causas proporciona valiosas lecciones aprendidas para evitar repetir esos errores. A continuación, se describen varios escenarios típicos de falla, basados en casos reales reportados, junto con las causas inmediatas y medidas preventivas correspondientes:

Caso 1: Sobrecarga de la grúa y vuelco por exceder la capacidad

En 2017, una grúa telescópica de 100 toneladas realizando un levantamiento en Lima sufrió una volcadura aparatosa en un almacén, destruyéndose parcialmente. La investigación concluyó que la grúa estaba levantando una carga que excedía su capacidad para el radio de trabajo, lo que provocó la pérdida de estabilidad. La sobrecarga es una causa líder de accidentes con grúas: si la grúa se sobrecarga, puede volcar o colapsar estructuralmente. En este caso, aparentemente hubo un error en el cálculo del peso de la carga (o el peso fue subestimado al no considerar accesorios) y la pluma se extendió a un radio mayor al previsto, reduciendo la capacidad y llevando a la falla. Lecciones aprendidas: Nunca se debe levantar una carga sin confirmar previamente que está dentro de la tabla de capacidades de la grúa para la configuración y el radio a utilizar. Es crucial contabilizar el peso de todo el aparejo (grilletes, eslingas, etc.) y tener en cuenta que la capacidad de la grúa disminuye a medida que aumenta el alcance (ángulo de pluma más bajo). Si hay incertidumbre sobre el peso, se debe medir o estimar conservadoramente, o usar una grúa de mayor capacidad. Además, se debe respetar la regla del 75-85%: cuando la carga se acerca al límite nominal, tratar el izaje como crítico, aplicar factores de seguridad adicionales o usar grúas de mayor capacidad. Los dispositivos limitadores de carga (LMI) de la grúa deben estar operativos y configurados; si suenan alarmas de sobrecarga, el operador debe abortar la maniobra de inmediato. Este caso refuerza la importancia de planificar con precisión el izaje y no apresurar una elevación sin los cálculos adecuados.

Caso 2: Mantenimiento insuficiente y fallo mecánico

Otro tipo de accidente ocurrió cuando fallas mecánicas provocaron el colapso de grúas. Por ejemplo, en 2020 una grúa telescópica colapsó durante un izaje en altura debido a la rotura repentina de un pasador en el sistema telescópico de la pluma. Investigaciones revelaron grietas por fatiga no detectadas en inspecciones previas. Un mal mantenimiento puede resultar en fallos catastróficos de componentes críticos, como rotura de cables, fallos hidráulicos o averías en el sistema de giro. La causa raíz en estos casos suele ser la falta de inspecciones rigurosas o de mantenimiento preventivo conforme a las horas de servicio del equipo. Lecciones aprendidas: Implementar un programa estricto de mantenimiento y verificación antes de cada uso. Antes de operar, se debe realizar una inspección visual diaria de la grúa telescópica: revisar que no haya daños visibles en la estructura (fisuras en la pluma, soldaduras, pasadores), verificar el estado de los cables de izaje y poleas, comprobar neumáticos, frenos y sistema hidráulico. Adicionalmente, seguir el plan de mantenimiento preventivo periódico del fabricante: cambios de aceite, revisiones de filtros y bombas hidráulicas, calibración de sensores, engrase de partes móviles, y reemplazo oportuno de componentes desgastados. Todas las inspecciones deben documentarse. Si se identifica una condición anómala (por ejemplo, un sonido inusual en la rotación, o un cable con alambres rotos más allá de lo permisible), la grúa no debe operar hasta que se repare. Los accidentes por mantenimiento son particularmente críticos porque ocurren sin aviso durante izajes que de otro modo están bien planificados. Por ello, la integridad mecánica de la grúa es un pilar de la seguridad: invertir en mantenimiento y repuestos genuinos es más rentable que afrontar un colapso.

Caso 3: Condiciones climáticas adversas – viento y clima no considerados

Un incidente registrado en Junín, Perú en 2017 involucró la caída de una grúa telescópica durante vientos fuertes en medio de una tormenta repentina. Las ráfagas superaron el límite bajo el cual la grúa podía mantener su estabilidad con la pluma extendida, y ocasionaron el vuelco lateral de todo el equipo. En general, el mal clima (vientos excesivos, lluvias intensas, nevadas, tormentas eléctricas) puede afectar seriamente la estabilidad y seguridad de las grúas. No solo el viento puede derribar una grúa (especialmente con pluma larga actuando como vela), sino que lluvia o nieve pueden sobrecargar la pluma con peso adicional o reducir la visibilidad para el operador y rigger. Lecciones aprendidas: Siempre considerar las condiciones meteorológicas actuales y pronosticadas como parte del plan de izaje. Se deben conocer los límites de viento seguro para la grúa (generalmente especificados por el fabricante, e.j., no operar por encima de ~9-10 m/s de viento sostenido) y monitorear con anemómetro durante la maniobra. Si el viento se aproxima al límite, se debe suspender la operación y retraer la pluma a una posición segura (las grúas son más estables con la pluma baja y retráctil). Asimismo, evitar izajes durante tormentas eléctricas – el rayo representa un peligro y las ráfagas descendentes pueden ser impredecibles. Si se presenta lluvia intensa, valorar posponer el izaje hasta que mejore la visibilidad y el terreno no esté resbaladizo. Este caso enseña que la premura nunca debe imponerse sobre la seguridad climática: ante condiciones adversas, la decisión correcta es retrasar la maniobra.

Caso 4: Error humano, comunicación deficiente y procedimientos ignorados

La falla humana es un factor presente en muchos accidentes. Por ejemplo, en la obra de la Línea 2 del Metro de Lima (2017) se reportó la caída de una grúa telescópica durante maniobras, atribuida a errores operativos y de coordinación. Los errores humanos abarcan desde cálculos erróneos (ej. mala estimación del peso o radio), operación inadecuada de la grúa (movimientos bruscos, girar con exceso de velocidad con la carga colgada, etc.), falta de entrenamiento adecuado del operador o rigger, hasta falta de comunicación clara entre el equipo. En un caso, una carga fue izada antes de que todos los pernos de anclaje estuvieran retirados, debido a un malentendido entre los operarios, resultando en que la pieza se atoró y la grúa se desestabilizó. En otro, dos señalistas diferentes dieron órdenes contradictorias al operador. Lecciones aprendidas: Reforzar la capacitación del personal y establecer una comunicación unificada. Todos los involucrados deben conocer los procedimientos estándar y no desviarse de ellos. Por ejemplo, el operador solo debe obedecer las indicaciones de un único señalista designado, ignorando instrucciones de cualquier otra persona. El señalista (rigger) a su vez debe asegurarse de ser claramente visible para el operador en todo momento y usar las señales manuales convencionales o la radio para transmitir órdenes, evitando improvisaciones. Si el operador pierde de vista al rigger o duda de una instrucción, debe detener la maniobra hasta aclarar la comunicación – nunca asumir. Adicionalmente, ninguna instrucción debe hacer que se omitan pasos de seguridad; por ejemplo, si un supervisor apremia para terminar rápido, el operador y rigger deben mantener los estándares (no saltarse inspecciones, no maniobrar fuera de la configuración segura de la grúa, etc.). Es vital fomentar una cultura donde cualquier persona pueda dar la voz de alto si detecta una condición insegura, sin temor a represalias. La disciplina operacional, combinada con buena comunicación y entrenamiento, reduce drásticamente los errores humanos. Muchos accidentes podrían haberse evitado si alguien hubiera detenido la operación al notar, por ejemplo, un apoyo mal colocado o una eslinga mal enganchada. Por tanto, la atención al detalle y el cumplimiento de los procedimientos por parte de cada miembro del equipo son la última línea de defensa contra el error humano.

Caso 5: Problemas de suelo y apoyo inadecuado de estabilizadores

Un caso real muy común es el vuelco de grúas debido a apoyos deficientes en el terreno. En 2022, en San Isidro (Lima), una grúa telescópica que izaba una retroexcavadora se accidentó cuando aparentemente cedió el terreno bajo uno de sus estabilizadores, provocando la caída de la carga y el vuelco lateral de la grúa (este incidente incluso fue capturado en video). Los problemas de suelo incluyen terreno poco compacto, presencia de cavidades subterráneas, losas de concreto incapaces de soportar la presión de los pads, o apoyos colocados demasiado cerca de zanjas u orillas que colapsan bajo la carga. En otros casos, el error es no extender completamente los estabilizadores o no usar zapatas/placas de repartición cuando el suelo lo requería. Lecciones aprendidas: Asegurar una base sólida y usar los estabilizadores correctamente en cada izaje. Antes de montar la grúa, se debe evaluar la capacidad portante del suelo en cada punto de apoyo. Si el suelo es relleno recién compactado o de dudosa resistencia, se deben emplear placas distribuidoras de carga (de madera dura, acero u otro material) de tamaño suficiente para reducir la presión a niveles seguros. Nunca instalar una grúa cerca del borde de una excavación profunda sin un estudio, ya que el peso puede provocar un derrumbe lateral. Todos los estabilizadores deben desplegarse completamente según las instrucciones del fabricante, incluso si la carga es liviana – la estabilidad máxima de la grúa se alcanza con la máxima base de apoyo. Está prohibido intentar izar con la grúa apoyada solo sobre sus neumáticos a menos que el fabricante lo permita en condiciones muy específicas (y con reducciones severas de capacidad). Además, jamás se deben recolocar o nivelar los estabilizadores con una carga suspendida; cualquier ajuste de apoyos requiere primero descargar completamente la grúa. Otra lección es vigilar continuamente el asentamiento: durante la maniobra, el supervisor o ayudante debe observar si las bases de apoyo se hunden gradualmente en el suelo – de ser así, detener y bajar la carga para revaluar. En síntesis, la estabilidad de la grúa depende de la integridad del terreno bajo los estabilizadores; ignorar este hecho ha ocasionado numerosos vuelcos que eran perfectamente evitables con inspección y preparación adecuadas del terreno.

Resumen de causas y prevención:

Como hemos visto, las causas de accidentes con grúas telescópicas pueden resumirse en: sobrecarga, mantenimiento deficiente, clima adverso, error humano y apoyo inestable, entre otras. Cada una conlleva lecciones: respetar estrictamente los límites de carga, mantener la grúa en óptimas condiciones, no operar en clima inseguro, asegurar personal competente y comunicación clara, y preparar adecuadamente el terreno. Todos estos elementos confluirán en las siguientes recomendaciones generales.

 

Por Ing. Emilio Antezana , Jefe de Operaciones,  de EQUIPOS PESADOS MAQUIRENTA, 29/06/2025.

 

Referencias :

  • Mazzella Companies (2023). What Is the ASME B30 Safety Standard for Cranes, Hoists, and Rigging? . (Normas ASME B30.5 y ISO 12480-1 sobre uso seguro de grúas).
  • TRADESAFE Blog (2025). OSHA Compliance for Cranes and Derricks . (Requisitos OSHA 1926 Subpart CC: distancias a líneas eléctricas, condiciones del suelo, certificación de operadores).
  • Grúas y Equipos García (2021). Izaje crítico: Qué es y cómo crear un plan . (Elementos clave en la planificación de un izaje crítico; fórmula de factor de utilización).

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